RELIGIOSIDAD POPULAR EN MEXICO


Las comunidades rurales de ascendencia indígena en México, son herederas de un importante bagaje cultural y religioso de originalidad mesoamericana. En su devenir histórico, a partir de la conquista y colonización, tuvieron que integrar muchos elementos novedosos provenientes de otros contextos culturales y religiosos. En ese proceso, dichas comunidades, lejos de acatar sumisamente los nuevos parámetros impuestos por el grupo hegemónico, activa y creativamente han reformulado y resignificado esos nuevos símbolos, de tal manera que el sincretismo resultante reúne en una nueva vivencia cultural las procedencias, tanto de uno como de otro lado.
Se trata de una forma de entender los fenómenos religiosos sincréticos en México, donde no se aniquila la diversidad inherente al proceso de conformación social de los diferentes rituales. En este sentido es la "Otra historia", la que se origina fuera del centro, lejos del púlpito, en la intimidad de los pueblos, barrios y colonias frente a la dureza de su vida particular y los avatares para abrirse paso en ella. En ese proceso, lo divino se materializa, necesariamente se encarna y se particulariza desde el horizonte cultural local. Esta aproximación implica una cierta apertura a pensar a Dios desde otros horizontes culturales, i.e., re-pensar lo divino desde otras coordenadas culturales.

lunes, 31 de agosto de 2020

250 aniversario de la llegada del Señor de Jalpan a Ixmiquilpan, Hidalgo. PRIMERA ENTREGA

Este año celebramos los 250 años de la llegada del Señor de Jalpan a Ixmiquilpan, Hidalgo. Dada la relevancia que este culto popular tiene en nuestro país y el destacado lugar que su santuario ocupa a nivel regional y nacional, el Observatorio Intercontinental de la religiosidad Popular "Alonso Manuel Escalante" no ha querido dejar pasar desapercibida esta conmemoración y ha preparado una serie de Info-Cápsulas del ORP que se entregarán entre los meses de septiembre y diciembre. Aquí presentamos la primera de ellas grabada el día 31 de agosto de 2020 con la participación de Wilfrido Ahedo Ángeles, César Fernando Hernández Colín y Ramiro Alfonso Gómez Arzapalo Dorantes, miembros del Observatorio de la Religiosidad Popular:


https://youtu.be/iKUVCGLt9HY



250 aniversario de la llegada del Señor de Jalpan al Corazón del Valle del Mezquital. 

Texto de Wilfrido Ahedo Ángeles. 

Origen 
Ante la salida del Señor del Santuario de Mapethe, llevado al Convento de Santa Teresa en la Ciudad de México los indígenas de la región reclamaban el regreso de su imagen ante esto el arzobispo de la basta Arquidiócesis de México. Por ello para tratar de enmendar esto, el Párroco Sea, solicita una imagen que según dice el texto es una escultura hermosa y viva. El 15 de agosto de 1770, el corazón del Valle del Mezquital llega la imagen del Señor de Jalpan, esta imagen pertenecía a la capilla de la Hacienda de Santa María de Jalpa en Hueypoxtla, Estado de México, perteneciente a las propiedades del colegio de Novicios de San Francisco Javier de Tepotzotlán, de la compañía de Jesús (1) . 

Llegada
La imagen llega a la parroquia de San Miguel Arcángel a petición de Don Juan Manuel de Sea, párroco de Ixmiquilpan y Juez eclesiástico, pasando por la hacienda del Mexe, y Mixquiahuala, entrando por el camino real de México a Ixmiquilpan para llegar el 14 de agosto a la capilla de la Cuesta de México, donde fue recibido, de acuerdo con la tradición, por más de 5 mil personas que celebraron su llegada y lo trasladaron en solemne procesión a la capilla del Carmen donde el Señor de Jalpan manifestó su gracia a quienes pedían su favor. Fue traslado con antorchas. Finalmente, el miércoles 15 de agosto de 1770, el Señor de Jalpan llegó a Ixmiquilpan y se celebró una misa en otomí en la capilla abierta de la parroquia de San Miguel Arcángel para ser entronizado en una capilla particular del templo donde atiende las necesidades y dolencias del pueblo Hñähñü que recurre a Él en sus calamidades o desgracias públicas y particulares, sin que estas súplicas hayan quedado sin respuesta (2) . 

La banda presidencial y el título de General de Generales 
En los primeros del siglo XX las guerrillas contrarias a las autoridades de entonces quisieron apoderarse de Ixmiquilpan y se decidió ocultar en El Maye la Santa Imagen del Señor de Jalpan, por temor a que fuera ultrajada. Cuando llegaron a Ixmiquilpan, milagrosamente se sorprendieron al ver un imponente ejército debidamente armado, por lo que mejor se retiraron. Posteriormente el Señor de Jalpan regresó en solemne procesión al templo parroquial y el General Heredia, quien estaba hecho esta sagrada promesa, se desprendió de su banda, la impulso al Señor de Jalpan nombrándolo general de generales. 

Un poco de la conquista de las tierras de la zona 
Por historia sabemos que los pueblos Hñähñüs eran los que Vivian y poseían la región del Tollan- Xicocotitlan ante la llegada de los toltecas, estos fueron los que conquistaron primeramente estas tierras del valle alto de Tula entre el año 4000 y 1000 a. C (3) ., ante la llegada de los tepacnecas y los mexicas en una triple alianza con los nahuas los obligan a moverse de sus tierras a las orillas de difícil acceso como lo es la zona de Ixmiquilpan a las orillas de la urbe del Tollan. Y ahí se les obliga a quedarse, resultando estas tierras poco adecuadas para las siembras (4). La región del valle del mezquital cayó en 1520 y con ellos todas las comunidades cercanas a Tula, incluyendo a los indígenas Hñähñüs. Aquí hay que rescatar que los conquistadores para quitar fuerza a Tula y a los Mexicas les devolvieron a estos el Señorío y sus encomiendas. Hasta Ixmiquilpan llegaron los agustinos que tuvieron que aprender la lengua de la zona con el fin de expulsar todo idolatría de la zona. 

Un poco de la configuración simbólica-religiosa 
Como todas las antiguas culturas precolombinas la fe y el sistema religioso va ligado con la social, así la religión Hñähñü daba identidad a la cultura y se representaba por medio de la practica como manifestación de la vida interior, que a su vez daban sentido a la institución del fiscal, el rezandero y la que guiaba a las mujeres. “La ritualidad en el mundo hñähñü refleja esta íntima vinculación entre los hombres, la naturaleza y lo sagrado, pues su correcto desenvolvimiento tendrá un efecto positivo para el bienestar material de la colectividad, traducido en buenas cosechas y armonía social. Encontramos en las otomíes dos dimensiones de la religión, una ligada al catolicismo, que es popular y festiva, y otra que pertenece más al campo de lo privado y se relaciona con los elementos de la naturaleza, de los que dependen para su subsistencia. Fiestas patronales, procesiones y peregrinaciones. Las fiestas patronales marcan el momento más significativo para la comunidad, que se identifica con el santo patrono. Es común que el santo le dé su nombre al pueblo, aunado a un mito que nos cuenta cómo fue que llegó a la comunidad. También la protege y le procura buenas cosechas, pero a cambio se le debe hacer una fiesta grande en su día, llevarle ofrendas y sacarlo en procesión para que cargue de fuerza a la comunidad. Después de la misa principal, se forma la gente para llevarlo por las principales calles y los lugares más significativos, como la bomba de agua, las cruces de la entrada y salida de la comunidad, sus esquinas, entre otros. Al frente de la comitiva unos niños arrojan pétalos, hojas de hinojo y romero al suelo. Inmediatamente detrás, pasa un dueto de músicos tradicionales con chirimía y tambor, y en orden variable desfilan el cura de la parroquia junto con sus invitados, los mayordomos y la gente común. Puede observarse a gente que anda descalza para hacer penitencia o solicitarle un favor al santo. Los cueteros anuncian que la procesión está en marcha. En cada parada, el cura hace una lectura o reflexión y se canta una pequeña devoción. En la fiesta grande de Ixmiquilpan se acostumbra que cada barrio adorne con tapetes de aserrín y flores el camino del santo. Es común que la gente tome bebidas alcohólicas en el convite, pero es raro que lo haga durante la procesión. Se supone que éste es un momento solemne para la comunidad, pues de ello dependerá el bienestar para el año entrante. No obstante, también se considera como un momento alegre y a veces se olvida su relevancia. El tipo de ofrenda varía según la época del año, en relación al momento del ciclo agrícola y a la disponibilidad de productos para ofrecer (Galicia, 2004: 377). Por ejemplo, el cempasúchil se utiliza para las ofrendas en los últimos meses del año, que se relacionan con los muertos, la cosecha y la desecación de las plantas. En las fiestas patronales es costumbre que la gente adquiera una reliquia. Pueden ser manojos de romero o hinojo y flores con un pedazo de escamada o collar de la cera que durante un año adornó la imagen del santo y una pequeña estampa. Se dice que tiene propiedades curativas. Por ejemplo, cuando hay mal tiempo y va a caer helada, cuando la lluvia merma o, al contrario, no cesa, se debe quemar la hierba de la reliquia, de preferencia donde haya cielo abierto “para que suba”, de lo contrario no sirve. Para las heridas y las picaduras de animales, se debe calentar un pedacito de escamada y colocarlo sobre la parte afectada, “lo más caliente que aguante”. Se debe hacer con mucha fe porque si no, no funciona. Para los dolores de estómago o de riñones, es bueno prepararse un té con las flores de la reliquia. Los mayordomos encargados de la iglesia o los voluntarios encargados de recibir “los donativos” de las reliquias, también se encargan de dar una limpia a quienes la soliciten. Consiste en hacer la señal de la cruz tres veces frente al solicitante. En algunos casos, la reliquia consiste en un pequeño fuete con el que se dan pequeños golpecitos en forma de cruz en la espalda del solicitante. En la fiesta del santo el espacio territorial se torna sagrado, pero hay otros espacios entre los hñähñü que también son sagrados, como los santuarios, centros de culto en donde reside un ser que es venerado regionalmente. El día de su festejo concurren a su santuario desde los diferentes municipios del estado y de otras partes de la República. Van en peregrinación o acuden por su cuenta. En la región los más conocidos son el Santuario del Señor de Mapethé, en Cardonal; del Señor de las Maravillas, en El Arenal; del Señor de Jalpan, en Ixmiquilpan; de la Virgen de la Ferrería, en Nicolás Flores; de la Santa Muerte, en Tepatepec; de la Santa Cruz del Maye, en Ixmiquilpan, entre otras. Se acostumbra llevar a los santos de la comunidad a visitar los santuarios en peregrinación. Éstos permanecen durante varios días en el santuario y posteriormente son devueltos a sus comunidades de origen. También es habitual llevar a los santos domésticos de visita, junto con una ofrenda para el santo anfitrión: flores, velas de cera de abeja o veladoras, copal, pan, aceite, semillas y, a veces, temas, que son piedras asociadas a los ancestros. Son importantes los cuetes que acompañan a la peregrinación y los toritos que se queman por la noche, después de la misa principal. A veces se le hace culto público, como una misa o ritual colectivo, pero también es común ver que una familia concurre al lugar y realiza en forma privada una pequeña ofrenda. Se encienden cirios o velas de cera de abeja, se llevan flores y jícaras con copal, agua, chocolate o pan. Se pueden dejar a los pies de la cruz, en algún árbol cercano o en la tierra” (5) . 

El Señor de Jalpan y la espiritualidad del pueblo
La devoción del Señor de Jalpan es un rescate de la cosmovisión de la fe indígena en los pueblos Hñähñüs, la imagen del Señor de Jalpan traída desde la hacienda de Hueypoxtla, Edomex hasta estas tierras del valle del Mezquital, ante la salida del Señor de Mapethe o de Santa Teresa se pierde un señorío de las minas de plomo. La devoción del Señor de Jalpan es una reestructuración (6) a la devoción de los pueblos indígenas ya que se habían quedado sin un señorío, sin su gigante o abuelo al que podían acercarse. Para ellos un gigante es la imagen que tiene la simbolización del Wemas que es un ser que estuvo mucho antes en nuestras tierras y al cuales les fue transmitida la tradición a los abuelos. A pesar de que la devoción no es originaria de los pueblos originarios en tiempos coloniales la devoción a la imagen del Señor de Jalpan se integró a los procesos de evangelización de los pueblos Hñähñü como una sola cosmovisión por ellos las misas votivas eran en lengua propia de la cultura. La devoción llega a la memoria colectiva de la región y con ella una nueva devoción, una nueva forma de relación que va a rescatar el gran Señorío que dejo el Cristo de Mapethe, El Señor de Jalpan es el Señor que ocupa un puesto privilegiado en la comunidad. No es el sacerdote, ni la deidad antigua, sino comparándolo a una persona, sería el rey-sacerdote que guía la vida ordinaria del pueblo. “Es de suma importancia tener presente que el momento en el que inicio la devoción en torno al Señor de Jalpan fue en el momento de impacto de las reformas borbónicas en la Nueva España y por ende en los pueblos de los indios”. (7) La devoción al Señor de Jalpan, se convierte en afrenta para la corona por la supresión de las hermandades. A pesar de ser una devoción propia de la colonia se convierte en una devoción preponderante en los 40 pueblos de la nación hñähñü de esta zona. Tal devoción es una representación divina que determino los genes de la cultura de Ixmiquilpan porque hubo una fusión de ideas, conceptos y objetos. Aunque en la zona se hablan de un solo Cristo crucificado en imágenes, cada imagen es un diferente Señor y todo tienen diferente personalidad. Por lo que se puede hablar del Señorío de Jalpan que es otorgado por el pueblo y no nacido como el del Señor del Arenal. El señorío de Jalpan y su tarea es ser el cuidador de las comunidades y no como otros que es el de las siembras. El Señor de Jalpan se convierte en el Zidada (padre viejo), en el wame que no tiene dualidad, o sea imagen peregrina, sino que es el único. Por lo que se convierte además en la existencia palpable de Dios por ello es el milagroso y que tiene como primer indició en la portentosa imagen de Plomo de Pobre y en su milagro donde se renovó. Por lo que fue llevado a la ciudad de México. Si la imagen del rey-sacerdote es milagrosa por ello a sus fieles se les da reliquia que funciona como una parte de la bendición dada por el Rey por ello vemos las yerbas medicinales en las reliquias. El Zidada Jalpan y el dada de Mapethe, aunque son el mismo su personalidad es diferente porque en ellos hay atracción y temor, adoración y contrición con un fin último la salvación de los hijos que da cohesión social al pueblo por ellos se le vigila y se le cuida como el rey que es. En el ámbito de la fe está el culto oficial y el popular al Señor de Jalpan. Por ello la procesión es una sistematización elaborada de un sector social e institucional que tiene vida propia y dinámica. La procesión es establecer el mundo como sagrado y que mantiene la conciencia de alerta y de vigilia por el cuido del sacerdote-rey Jalpan por su pueblo y de este por él. En la procesión hay una unificación de la identidad del indígena con su Señor, reafirma su lazo de pertenencia a la comunidad. La cosmovisión novohispana integra la cosmovisión prehispánica del lugar, a la cosmovisión católica, como una sola realidad que tiene imagen y es el Cristo portentoso del Señor de Jalpan. 

250 años de la llegada
Este año se cumple la llegada al Señor de Jalpan a las tierras Hñähñüs y en este año todo iba bien hasta finales de marzo que se presento una pandemia internacional. Por lo que este año jubilar se vio algo alterado por lo que la imagen del Señor de Jalpan todo este año esta en el altar principal. Toda la fiesta jubilar se vio alterada y la presencia de los fieles al templo fue limitada. El templo no pudo ser vestido y visitado en los primeros meses. El Señor quedó solo en el altar, pero, el corazón de los fieles, No. Estaban con su Señor desde sus casas. La vivencia de la fe de la espiritualidad católica de los pueblos indígena va más allá de la imagen, del Señor, es por ello que el Señor sale a las comunidades bajo su cuidado, es toda una devoción enraizada en las comunidades de Ixmiquilpan donde se hace presente el canto y la flor, la palabra, la alabanza y la labranza. La pandemia altero la forma de celebrar, pero no atento contra la esencia de la relación con el Señor de Jalpan, cuidador de los pueblos. Por ello sale y vemos a los abuelos con gran fe esperar el paso de su Señor. La fe a pesar de no haber culto oficial, se mantiene por la fe en un Señor que sale a su encuentro. Por ello las 12 horas que el Señor visita a todas las comunidades es recibido por el santo del lugar como recibimiento y bendición para los habitantes. Las luminarias, me atrevo a decir que por primera vez se hace por primera vez en las capillas de las comunidades y en el templo parroquial. Aunque muchas casas ahora se unieron con una veladora o con su propia luminaria. Cada familia vemos su propio devocional revistiendo a su Cristo con la banda para honrar a su Zidada que los cuida desde el templo central. El Señor de Jalpan en sus 250 años de haber llegado a estas tierras, y en este tiempo de pandemia se vuelve en aquel consolador de su pueblo. Por ello se renueva el milagro y el titulo de cuidador de las comunidades. 

NOTAS
1.- Sr. De Jalpan 250 aniversario 1770 - 2020
https://www.facebook.com/search/topq=se%C3%B1or%20de%20jalpan%20250%20aniversario 
2.- Sr. De Jalpan 250 aniversario 1770 - 2020
https://www.facebook.com/search/topq=se%C3%B1or%20de%20jalpan%20250%20aniversario 
3.- https://elcolordelafe.com/2020/08/18/camino-de-luz-y-esperanza-recorrido-del-senor-de-jalpan-por-elvalle-del-mezquital/?fbclid=IwAR1gNkLaBxgnxzzq6bUzkQabmgv-uPCF7hqB2NmCLFZ0ghopVaK0b8fSx4c 
4.-  https://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_tolteca 
5.- BEATRIZ MORENO ALCÁNTARA coord., OTOMÍES DEL VALLE DEL MEZQUITAL en http://www.cdi.gob.mx, 2006. 
6.-Annia González Torres,
https://www.enah.edu.mx/publicaciones/documentos2/208.pdf
7.- A este respecto, véase Fernando López Aguilar. Símbolos del Tiempo, inestabilidad y bifurcaciones en los pueblos de indios del Valle del Mezquital. 

(Gracias a la Mtra. María Luisa Correa Grande de Ajacuba por el apoyo ofrecido en esta investigación).




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Desde este sitio, compartimos las diferentes series de entregas de infografías con respecto al Señor de Jalpan con información importante y orientadora acerca de este culto en Ixmiquilpan, Hidalgo, además de ser muestra de la vitalidad y organización que esta comunidad guarda en relación a sus fiestas religiosas en derredor del Señor de Jalpan.

La Historia del Señor de Jalpan es Nuestro Legado:

































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Nuestra Imagen una Obra de Arte:



















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