Este año celebramos los 250 años de la llegada del Señor de Jalpan a Ixmiquilpan, Hidalgo. Dada la relevancia que este culto popular tiene en nuestro país y el destacado lugar que su santuario ocupa a nivel regional y nacional, el Observatorio Intercontinental de la religiosidad Popular "Alonso Manuel Escalante" no ha querido dejar pasar desapercibida esta conmemoración y ha preparado una serie de Info-Cápsulas del ORP que se entregarán entre los meses de septiembre y diciembre. Aquí presentamos la TERCERA de ellas, titulada. "MESPIRITUALIDAD INDÍGENA Y LITURGIA INCULTURADA", grabada el día 3 de noviembre de 2020 con la participación de Wilfrido Ahedo Ángeles, César Fernando Hernández Colín, Bernardo Guízar Sahagún y Ramiro Alfonso Gómez Arzapalo Dorantes, miembros del Observatorio de la Religiosidad Popular:
Las tres preguntas que guiaron esta conversación fueron:
1.) Cómo se vive en Ixmiquilpan la liturgia inculturada en el contexto cultural indígena?
2.) Qué subyace en esa liturgia inculturada, en lo interior del hombre y mujer creyentes, es decir, en la espiritualidad indígena... Cómo se relacionan con lo sagrado?, Qué valoran?, Qué destacan?, Qué consideran lo más importante en esa relación mutua?
3.) Qué aceptación tienen en nuestros días tanto la espiritualidad indígena, como la liturgia inculturada, entre los NO indigenas?
La evangelización en las culturas [55]
120. El Espíritu creador que llena el universo (Sab 7,1) es el que durante siglos ha alimentado la espiritualidad de estos pueblos aún antes del anuncio del Evangelio y el que les mueve a aceptarlo desde sus propias culturas y tradiciones. Dicho anuncio ha de tener en cuenta las “semillas del Verbo”[56] presentes en ellas. También reconoce que en muchos de ellos la semilla ya ha crecido y dado frutos. Presupone una escucha respetuosa, que no imponga formulaciones de la fe expresadas desde otros referentes culturales que no responden a su contexto vital. Sino por el contrario, escuche “la voz de Cristo que habla a través de todo el pueblo de Dios” (EC 5).
121. Hay que captar lo que el Espíritu del Señor a través de los siglos ha enseñado a estos pueblos:
la fe en el Dios Padre-Madre Creador, el sentido de comunión y armonía con la tierra, el sentido de solidaridad con sus compañeros, el proyecto del “buen vivir”, la sabiduría de civilizaciones milenarias que poseen los ancianos y que influye en la salud, la convivencia, la educación, el cultivo de la tierra,
la relación viva con la naturaleza y la ‘Madre Tierra’, la capacidad de resistencia y resiliencia en particular de las mujeres, los ritos y las expresiones religiosas, las relaciones con los antepasados, la actitud contemplativa y el sentido de gratuidad, de celebración y de fiesta, y el sentido sagrado
del territorio.
122. La inculturación de la fe no es un proceso de arriba hacia abajo ni una imposición exterior,
sino de un mutuo enriquecimiento de las culturas en diálogo (interculturalidad).[57] El sujeto activo
de la inculturación son los mismos pueblos indígenas. Como ha afirmado el papa Francisco “la gracia
supone la cultura” (EG 115).
Sugerencias
123. Sería oportuno:
a) Partir de la espiritualidad vivida por los pueblos indígenas en contacto con la naturaleza y su cultura, para que puedan ser iluminados por la novedad de Cristo muerto y resucitado y en El
alcanzar la plenitud.
b) Reconocer la espiritualidad indígena como fuente de riqueza para la experiencia cristiana.
c) Dado que la narratividad es una característica de los pueblos originarios, mediante la cual ellos transmiten su sabiduría milenaria, se sugiere una catequesis que asuma el lenguaje y el sentido de las narraciones de las culturas indígena y afroa-descendiente en sintonía con las narraciones bíblicas.
d) Del mismo modo, sería oportuna una predicación homilética que responda a las experiencias
vitales y a la realidad socio ambiental (EG 135-144) en un estilo narrativo. Se espera que suscite el interés y la participación de los fieles y tenga presente la cosmovisión integral indígena, motivando una conversión pastoral en vistas de una ecología integral.
e) Frente a una invasión colonizadora de medios de comunicación masivo, las comunidades han pedido con insistencia comunicaciones alternativas desde sus propias lenguas y culturas. Por ello es conveniente que los propios sujetos indígenas se hagan presentes en los medios de comunicación
ya existentes.[58]
f) También sería oportuna la creación de nuevas emisoras radiofónicas de la Iglesia promotoras del evangelio y de las culturas, tradiciones y lenguas originarias.[59]
Capítulo III. La celebración de la fe: una liturgia inculturada
“La evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia diaria de extender el bien” (EG 24)
124. Sacrosanctum Concilium (37-40, 65, 77, 81) propone la inculturación de la liturgia en los pueblos indígenas. Ciertamente la diversidad cultural no amenaza la unidad de la Iglesia sino que expresa su genuina catolicidad mostrando “la belleza de este rostro pluriforme” (EG 116). Por eso “hay que atreverse a encontrar los nuevos signos, los nuevos símbolos, una nueva carne para la trasmisión de la Palabra, las formas diversas de belleza que se valoran en diferentes ámbitos culturales…” (EG 167). Sin esta inculturación la liturgia puede reducirse a una “pieza de museo” o “una posesión de pocos” (EG 95).
125. La celebración de la fe debe realizarse de manera inculturada para que sea expresión
de la propia experiencia religiosa y vínculo de comunión de la comunidad que celebra. Una liturgia inculturada será también caja de resonancia para las luchas y aspiraciones de las comunidades e impulso transformador hacia una “tierra sin males”.
Sugerencias
126. Se sugiere tener presente lo siguiente:
a) Se constata la necesidad de un proceso de discernimiento respecto a los ritos, símbolos y estilos celebrativos de las culturas indígenas en contacto con la naturaleza que necesitan ser asumidos en el ritual litúrgico y sacramental. Hay que estar atentos a recoger el verdadero sentido del símbolo que trasciende lo meramente estético y folclórico, concretamente en la iniciación cristiana y en el matrimonio. Se sugiere que las celebraciones sean festivas con la propia música y danza, en lenguas
y con vestimentas autóctonas, en comunión con la naturaleza y con la comunidad. Una liturgia que responda a su propia cultura para que pueda ser fuente y culmen de su vida cristiana (cf. SC 10) y ligada a sus luchas y sufrimientos y alegrías.
b) Los sacramentos deben ser fuente de vida y remedio accesible a todos (cf. EG 47), especialmente a los pobres (cf. EG 200). Se pide superar la rigidez de una disciplina que excluye y aleja, por una sensibilidad pastoral que acompaña e integra (AL 297, 312).
c) Las comunidades tienen dificultad para celebrar frecuentemente la Eucaristía por la falta de sacerdotes. “La Iglesia vive de la Eucaristía” y la Eucaristía edifica la Iglesia.[60] Por ello se pide que, en vez de dejar a las comunidades sin Eucaristía, se cambien los criterios para seleccionar y
preparar los ministros autorizados para celebrarla.
d) En función de una “saludable ‘descentralización’” de la Iglesia (EG 16) las comunidades piden que las Conferencias Episcopales adapten el ritual eucarístico a sus culturas.
e) Las comunidades piden un mayor aprecio, acompañamiento y promoción de la piedad con la que el pueblo pobre y sencillo expresa su fe a través de imágenes, símbolos, tradiciones, ritos
y demás sacramentales. Todo esto se da a través de asociaciones comunitarias que organizan diversos eventos como oraciones, peregrinaciones, visitas a santuarios, procesiones y fiestas
patronales. Se trata de una manifestación de una sabiduría y espiritualidad que constituye un auténtico lugar teológico con un gran potencial evangelizador (cf. EG 122-126).